viernes, 13 de mayo de 2016

Llevo meses amontonando folios de sentimientos que jamás verán la luz.
Tanto tiempo sin contarle a nadie que sigo durmiéndome en llantos menos de vez en cuando de lo que me gustaría, sin explicarme a mi misma siquiera el por qué.
Que es por ti.
Creo que echo de menos los besos que te quedan por darme, que estas manos frías son tan solo la necesidad de que las cojas entre las tuyas y las calientes.
No lo sé.
He perdido la cuenta del número de cartas de amor en forma de mensajes desesperados escritos con dedos temblorosos en el móvil he borrado. Y son dos las cartas de suicidio apócrifas en las que te exculpo a ti de todo que he quemado en el fregadero.
Tengo pinchadas en el corcho las 3 últimas cartas de amor que me escribiste, aunque te confieso que están emborronadas por culpa de las lágrimas. Tranquilo,creo que son sólo ganas de volver a verte.
No sé.
El caso es que me siento rota y te siento lejos.
La última vez que estuviste entre mis sábanas prometiste que te quedarías para siempre, pero empiezo a temer que no vuelvas nunca. Que todas tus promesas de secuestrarme, llevarme lejos y quererme bajito hayan sido solo palabras vacías para pasar el rato. Algunos días me asalta la duda de si todo esto no es más que una escusa para que hable de ti. Para que te dedique mis horas, mis palabras y mis ojeras.
Puede que te preguntes cuánto hace que pasa esto. Desde cuándo, las apariciones fugaces que tienes en mi vida, tus sonrisas repentinas o nuestras borracheras esporádicas han dejado de servir para distraerme del hecho de que estoy un poco rota por dentro.
Ni idea.
Sólo sé que cada vez que te intuyo en otros brazos, que me cuentan que alternas con otra ardo, y no precisamente como cuando me tocas. Cuando lo hago en soledad me consumo sobre mi misma, sin saber si me quedan opciones de convertirme en fénix. Tentando a la suerte con mi errónea teoría de que los leones igual también tenemos 7 vidas.

Y que todo es por tu culpa.
Por ti.
No por todos ellos.
Por ti estúpido y escurridizo amor.