martes, 30 de diciembre de 2014

2014...

Se acaba el año.
Otros 365 días se han escurrido entre mis dedos y yo aquí con estos pelos.
Podría dejarme llevar por el sentimentalismo y deciros que este ha sido el mejor año de mi vida, pero teniendo en cuenta que tenéis delante prácticamente todo mi año no tengo los cojones de mentiros  a la cara.
Ha sido un año duro en su totalidad, me he sentido pérdida muchos días. He llorado más de lo que esperaba. 
Por primera vez en mi vida he estado sola, a veces por voluntad propia. Este año me he conocido un poco, me he escuchado y me he parado a mirar mi reflejo en muchos sitios. Y la verdad os tengo que confesar que incluso me he cogido algo de cariño. He pasado muchas horas vagabundeando por las calles con la cabeza llena de ideas inconexas, a veces con libros debajo del brazo, otras con la música al volumen necesario para no oírme y siempre huyendo a rincones apartados donde llorar sin ser vista.
Es curioso pero cuanto más me he encerrado en mi misma más me he confesado, con un montón de prácticamente desconocidos. Con gente con la que jamás me había sentado a hablar seriamente, a quiénes jamás había llegado a denominar amigos, les he contado mis miserias. Incluso las he ido divulgando veladas por internet. Y me he sentido libre.
Este año ha sido para mí mucha soledad y libertad. 
He descubierto cosas de mi que no sabía, he conocido una verdadera leona, que sabe cuando sacar las uñas, en que espaldas afilárselas y con quien guardárselas. Este año he descubierto la poesía gracias en cierto modo a platónico. He descubierto que me quiero gracias sobretodo a él, y a las cámaras, me he reconciliado con mi reflejo en el espejo.
Me he sentido hundida y sola pero también he estado arriba del todo, y he sabido por fin lo que es ser querida de verdad. Tras años diciéndolo he descubierto que realmente tengo un grupo de gente a mi alrededor que vale su peso en oro, que ha aguantado cada momento de bajón, esas personas que han estado conmigo también en lo alto, con las que he reído, llorado, bebido, gritado, discutido, besado y demás.
Quedan pocas horas para que este año toque a su fin y os juro que no cambiaría ni una coma de él. Porque lo malo ha sido muy malo pero lo bueno ha sido increíble. 
Sí, he sufrido desengaños pero he encontrado al amor de mi vida.
La palabra que mejor define mi año no es más que adolescencia, y la que yo tengo que decir muy alto y a mucha gente es Gracias.
Gracias a león por liberarme al principio del año de algo que podría haber sido el peor error de mi vida.
Gracias a mis ángeles por hacerme ver que la vida sigue, y por enseñarme que la vida es menos puta cuando ellas la sufren conmigo.
Gracias a aquel que me sostuvo la mano cuando no sabía que estaba al borde del precipicio.
Gracias al hombre que siempre está ahí, que él sabe quién es y todo lo que ha hecho por mi,que jamás me deja agradecerle nada y al que le debo demasiado.
Gracias a platónico por descubrirme la poesía y por abrirme la mente.
Gracias a cualquiera que me haya dedicado algo de su tiempo, que me haya abrazado, o se haya dejado querer y odiar por mi en algún momento.De cerca o a kilómetros
Este ha sido el año de la música,he ido a más conciertos juntos que en toda mi vida y cada uno ha sido increíble. He tenido un verano de película y como siempre lo mejor ha aparecido al final...
Por eso uno de mis más grandes y especiales agradecimientos es como no podría ser de otra manera para él. El hombre de mi vida.
no creo en las casualidades, el universo raramente es tan perezoso y que te haya conocido el año que ha acabado como conocí a vuestra madre, no puede ser una casualidad. Tú, has hecho que agradezca todo lo que me ha pasado en el resto del año y en el resto de mi vida, porque la suma de todo es lo que me ha convertido en lo que soy y lo que ha llevado al destino a cruzarme contigo, es todo lo que he contado y un montón de cosas más buenas y malas, sublimes y horribles las que me han puesto a tu lado y por eso vale la pena todo.
Por eso el 2014 ha sido grandioso, porque lo termino al lado de la persona a la que amo, y rodeada de las personas más importantes para mí.
Al 2015 solo le reto a ser un poco mejor, a tener un par más de sonrisas y un par menos de lágrimas. Pero si no es capaz, que me deje al lado a la gente que tengo, que entonces podré con todo lo que me eche. 
Este ha sido un gran año, he acabado primero de bachillerato, he conseguido mantener un blog casi todo el año y me he sacado el cinturón negro. Si todo va bien en 2015 me espera la graduación, la universidad y disfrutar de lo que es estar verdaderamente enamorada por primera vez. 
Crucemos los dedos, preparemos la ropa roja, pie derecho hacia delante y copas en alto, que ya va otro más... 
Adiós 2014
2015 sé bueno.

martes, 23 de diciembre de 2014

Infierno de miedos

El miedo es algo de lo que jamás podemos librarnos, está siempre presente con cada decisión que tomamos, con cada beso que damos,con cada te quiero que soltamos.
Esa eterna duda de ¿estoy decidiendo bien? te acompaña en cada paso del camino.
Y si te sales de camino apaga y vámonos.
Este año yo me he vuelto un poco suicida, he dado uno de los saltos al vacío más grandes de mi vida. Tras meses y meses de llantos, de dudas, de ¿Y si..? y de preocupaciones sobre el futuro decidí cambiar de rama académica.
No os lo conté, estaba demasiado ocupada hablándoos de desvaríos desamorosos.
En cierto modo porque creía que aquella era toda la angustia que tenía dentro, y sentía que era lo que necesitaba sacar, que eso era lo que me hacía infeliz. Aquel abandono, aquella sensación de soledad en el mundo, la certeza de que jamás nadie me amaría sinceramente, que no había nadie para mí en este planeta.
Por eso no era capaz de darme cuenta de que lo que me estaba haciendo infeliz era vivir una vida que no me correspondía,tener las preocupaciones incorrectas.
Cada sesión de estudio eran horas de tortura que solían acabar en llanto, cada examen era un fracaso, jamás había sacado notas tan bajas en mi vida y me precipitaba hacia una depresión. Siempre estaba alicaída y que hubiera gente crispada conmigo que lo achacaba a mi penoso estado sentimental no ayudaba. Me sentía patética y miserable, y lo peor de todo, una estúpida fracasada. Yo que siempre mire un poco por encima del hombro, que me creía relativamente inteligente, que academicamente había sido bastante buena de repente me pasaba la vida de recuperaciones. Entraba en pánico cada vez que nos daban una nota y veía mi futuro más y más negro. Me veía repitiendo aquel curso y el próximo y no siendo capaz de alcanzar la nota para ninguna carrera. Incluso mis visiones optimistas en las que entraba en la universidad acababa abandonando las carreras por fracaso estrepitoso, por no lograr sacar más de dos asignaturas al año.
No sabéis lo que es pensar en ti mismo dentro de diez años y ser incapaz de verte. Llegar a creer que eres un error.
Vivir por inercia es una de las peores cosas que me han pasado en la vida. Dejar que los días pasen sin ninguna ilusión, sin ninguna convicción. Que la vida sea como dijo el maestro una de esas cosas que no tienen mucho sentido.

Y un día entre todo ese caos de charlas sobre el futuro te paras a pensar de verdad qué es lo que te gusta. Y la poesía se cruza en tu vida, y te das cuenta que en el último tiempo solo tienes brillo en los ojos cuando hablas de literatura. Que aparte del automaltrato físico lo único que consigue despejarte la cabeza es escribir. Escuchas a tus amigas soñar con llenar escenarios y tu sueño es ser bestseller. Es entonces cuando te encuentras a ti misma luchando por cursar una asignatura que no ofertan para tu bloque y en medio de la batalla te das cuenta de lo que ocurre.

Al día siguiente preparas el salto y pasas por encima de todos los que no lo ven una buena idea. Haces tu plan e ignoras lo demás. Te tragas la falta de salidas, te tragas la locura de cambiar. Y sigues. Atas todos los cabos esperando que abajo haya agua, que la cuerda no se rompa. Y ahí aparece el miedo gritándote que no lo hagas, que sigas a la inercia, que eso es lo seguro.
Yo me tape los oídos con dos versos y salté al vacío.
No ha sido fácil, hacer lo que te gusta no es un camino de rosas, pero al menos como en las relaciones de verdad sabes que merece la pena, porque cuanto más das más consigues y cuánto más consigues más feliz eres.

Y como os dije en la última entrada ahora vivo un momento muy feliz, veo mi futuro claro entre libros y sus besos. Pero necesitaba sacar este pequeño infierno que algunos intuían pero que no llegué a confesarle del todo a nadie.