lunes, 9 de febrero de 2015

Te entiendo y no lo entiendo

De verdad que por una parte te entiendo.
He estado en ese lado y créeme que he sido peor que tú. 
Por muy víctima que pueda parecer yo he sido en algunos casos el más cruel de los verdugos. Cuesta creerlo porque pocos saben todo mi pasado.
Yo también he puesto fin a cosas y sé que duele. Sé que todos se preocupan por mí, y que aunque en mi película sigas de héroe cada día que pasa más personas te ven villano.
A día de hoy no creo que merezcas ese puesto, aunque ya no me atreva a afirmarlo categóricamente porque cada vez me faltan más datos. 
El mundo es un sitio complicado y nos es impuesto pasarlo en modo difícil sin que nadie nos lo consulte, así, sin manual de instrucciones. Al igual que yo no puedo desmoronarme de ti y no es algo que tú puedas evitar, tú no quieres estar conmigo y yo no puedo hacer nada.
Lo mío es realmente más injusto. Porque empezar una relación es decisión de dos personas, pero en esta mierda de mundo acabarla es algo que se hace unilateralmente. Y aquí sí que debes reconocer que yo me he llevado la peor parte. Porque el que deja tiene tiempo para reflexionar, tiene una temporada para reorganizar su vida y fortalecerse para el golpe, Se va haciendo una escalera para abandonar medianamente sano y salvo la relación. Pero el que se queda, el no sabe que eso se ha acabado sigue invirtiendo esfuerzos, sigue caminando tranquilamente sobre su nube de felicidad, y de repente sin comerlo ni beberlo se ve estrellado contra el suelo en el mejor de los casos.

Pero así estamos, sin poder hacer nada, impotentes,perdidos, queriéndonos y sufriendo por dolor propio y ajeno.
No lo entiendo, de verdad que esa parte no la entienda. Entiendo que hagas aquello que consideres correcto pero no entiendo el motivo de que consideres que eso es lo correcto. Y creo que eso es lo más me mata, mis conjeturas y las conjeturas ajenas. Tus silencios que me hacen imaginarme lo peor y me convierten en víctima de habladurías; de todos los ya te lo dije, de todos los debiste tener cuidado, de todas las afirmaciones de los que no tienen ni idea de lo que fuimos tú y yo, de como eres tú. Tranquilo, no me enfada, solo me desconcierta. Me desconcierta que puede llevar a una persona a abandonar una relación estable en la que no ha habido ninguna discusión. Y no quiero dar la razón a las habladurías, porque no puedo autodestruirme tanto. Por eso necesito tu por qué. Porque mientras no haya causa de la muerte las autopsias de fuera siguen indicando asesinato, y yo ese día tengo coartada...
Tampoco comprendo como algo hecho con supuesta buena intención puede hacer tanto daño a tantas personas. Tú sabes que aún te quiero más de lo que debería y me gusta creerte cuando dices que me quieres más de lo que piensan. Por eso ver sufrir a alguien que quieres duele. Duele no poder evitar tu parte del dolor. Y veo en tus ojos que también te duele mientras yo misma me desangro de dolor.
Duele por ti, duele por mí y duele por toda esa gente que tiene que volver a aguantar una leona reducida a cría de gatito. Y si pudiera escondería mi dolor para que no te doliera, para que no les doliera a todos ellos, porque no merecen verme sufrir. Pero no puedo hacerlo. 

No sé como actuar, no sé si mi silencio te aliviaría o si mis desahogos te ayudan a entender como se vive todo desde mi lado. A mi como ya he dicho me duele tu silencio, y de un tiempo a esta parte aplico una política de transparencia muy exhaustiva a mi vida sentimental. Yo también actuo como creo correcto.

Y sé que todo esto podría decírtelo a la cara, pero en este tiempo te habrás percatado de que me expreso mucho mejor por escrito, cuando los temblores en la voz no se me notan, cuando puedo borrar antes de enviar, cuando las lágrimas en los ojos no se me ven, por mucho que se me intuyan. Y porque además aquí ya espero tu silencio, y el silencio de una pantalla duele menos que el silencio de unos labios que tienes cerca y que si no van a responderte solo quieres que te besen.

Pero de verdad, que yo te quiero, contra pronostico y contra todo, yo te quiero, y mucho, y una parte de mí entiende una parte de ti. Querría no hacerlo, hay muchas cosas en las que no lo hago. Pero la parte del dolor créeme cuando te digo que por desgracia la entiendo demasiado.

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