2 meses.
Ya hace dos meses que saliste de mi vida dando un portazo y
destrozando todas las cosas frágiles que se sostenían solo por ti, como mi
corazón, mi ego…bueno en realidad toda yo.
Dos putos meses y sigo mirando el hueco que ocupabas con
cara de gilipollas preguntándome que coño ha pasado.
Y sé que seguiré así. Lo peor es eso, que aunque tu me hayas
dado una excusa, un por qué, ahora lo que me mata es el cómo, que no entra en
mi cabeza ni a golpes.
Y no, no me vengas con esa mierda de “No elegimos de quien
nos enamoramos” porque no .No me lo creo. No me creo que 5 meses de tonteo
borren de un plumazo 4 años de sentimientos y 5 meses de relación.
No pienso soltar eso de que ella tiene química y pero yo
tengo la historia porque aunque lo niegues y no quieras darte cuenta porque no
me has dejado suficientes ocasiones para demostrártelo, tú y yo, seguimos
imantados.
Repito, yo creo que sí elegimos de quien nos enamoramos.
Básicamente yo elegí enamorarme de ti.
Dios, y tú mismo sabéis que hace un año afirmaba ser incapaz
de enamorarme de ti, y ahora mismo aún le diría Lo que sea a Eris si me
ofreciera una noche más.
Dudo que te des cuenta de lo que me has hecho y de las
implicaciones de todo lo que hiciste y sigues haciendo. Del significado de lo
que te decía y te sigo diciendo.
Te pasaste años para conquistarme, me hacías sentir como un
logro en tu vida.
Y si no me has desterrado del todo de tu memoria recordarás
que no conozco término medio. O me quiero o me odio, a menudo lo segundo. Tú me
lo hacías fácil, yo me odiaba y ya me querías tú por los dos. Y es que pasé de
mantener las distancias, a sufrir por cada milímetro que nos separaba, de medir
los minutos que estaba contigo a contar los segundos que faltaban para verte.
Te convertí en mi vida, yo no veía más haya de ti. Podrían
haber puesto el mundo a mis pies que lo hubiera pisado para correr a tus
brazos.
Por eso no entiendo nada, no por eso sigo con cara de
gilipollas, porque no concibo como pudo aparecer ella.
¿No entiendes lo que implica que la vieras si quiera?
Evidentemente no.
Ya te dije una vez que no me arrepiento. Que tal vez tú sí,
que sé que para ti he sido una pérdida de tiempo.
Por mucho que tú digas que te consideras un buen tío a mi me
dijiste repetidas veces que eras un capullo. Pero por desgracia y a pesar de
tus contradicciones sabes que mi extremismo no consigue llegar a odiarte.
Parafraseando la serie que no acabaste de verte por mí.
Una vez me dijiste que eras un capullo. Llegué a pensar que
incluso te reías de mí, pero deja que te diga que eras un mejor amigo, que eres
aún el hombre el hombre de mi vida y…nadie me convencerá jamás de que me
mentiste.
Pase lo que pase, por mucho que hagas o digas. Siempre
sostendré que un día me amaste como yo te ame.
No porque tus palabras tengan validez a día de hoy, si no
porque necesito convencerme a mi misma de que te decepcioné menos de lo que
siento.
Como ya he dicho y sabes esto es una mera excusa para
dirigirme a ti, porque necesito hablar contigo.
Odio tu ausencia como debería odiarte a ti.
Sabes que ocupabas mi vida en su totalidad, y tú también
fuiste extremista. Pasaste de ofrecerme todo a no darme ni la hora.
No voy a repetirte que no pienso dejar que sea como si jamás
hubiese existido.
Porque ¿Qué clase de persona es capaz de olvidar a su primer
amor?
Sé que mi mayor temor durante nuestra relación fue capaz de
conservarte, y a eso aspiro. A que un día sea la actual de turno quién pase la
mañana incómoda porque tú y yo estamos tomando vete tú a saber que, vete tú a
saber dónde y lo más importante, recordando vete tú a saber.
Realmente quiero que cumplas al menos tu última promesa.
Esa que quizá hiciste por cumplir, que seguramente no te
interese porque vives muy bien sin tenerme en tu vida, demostrándome que soy
más fácil de olvidar de lo que esperaba. Pero esa que te voy a hacer cumplir
porque me lo debes.
Llenaste el vacío que podría haberte ocasionado con algo que
ocupa aún menos. Y yo quiero mi espacio.
Porque aunque ahora no sea dueña y señora de él me merezco
un reducto de tu corazón y una sala propia en tu mente.
Siempre fuiste bastante bueno captando indirectas así que sé
que no has vuelto a mi vida porque no te la gana.
Por eso todo este texto es tan solo para advertirte…
Ten por sentado que pienso volver a tu vida, aún no se el cómo
o el cuándo, pero lo haré.
No te equivoques, no quiero recuperarte, sé que jamás serás
mío como lo fuiste, y no es lo que quiero, ya no podrías hacerme sentir lo
mismo aunque tú mismo lo intentaras. Busco quién me haga sentir exactamente las
mismas sensaciones, y no me vales.
Tan sólo me niego a perder a la persona más igual a mí que
he conocido nunca y que quizá llegue a conocer.
Así que date por avisado.
No vas a poder pasar mucho más tiempo de mí.
Esto de fingir que ni me conoces se te acabará.
Tal vez vuelva, cuando te des cuenta de tu error o sea tu
error quién te considere a ti como tal, a contarte que no hay marcha atrás, que
lo que hubo no volverá, pero que siempre nos quedará recordar el pasado
mientras vamos hacia delante.
O puede que cuando yo elija por quién volver a ser
incoherente, a darte las gracias.
Eso ya lo veré, el caso es que volveré…
Y antes de lo que esperas
Volveré, y como el invierno, lo haré para quedarme….
No hay comentarios:
Publicar un comentario