miércoles, 23 de diciembre de 2015

23 de Diciembre.

Ha llegado un nuevo 23 de Diciembre,joder tenías razón, el invierno se estaba acercando, y es el primero en dos años que paso sin unos labios que me ayuden a aplacar los recuerdos.
Y es que dudo que de esto te hayas podido olvidar. Hoy hace 4 años desde que me diste mi primer beso. He estado calculando y si a esta filóloga no le fallan las cuentas eso significa que hace 6 años que nos conocemos, y en Enero hará dos que nos desconocemos.
Curioso, yo que siempre digo tener mala memoria y sin embargo recuerdo perfectamente la ropa que llevaba ese día. También recuerdo los nervios, como me temblaba todo y lo mucho que agradecí que hiciera frío.  Tú estabas allí, en frente de tu colegio esperándome, los mensajes delataban tu nerviosismo.  
No recuerdo la conversación completa, pero sí el rosa pétalo, el fuera de juego y las discusiones sobre mi problema con ir siempre con los malos.
Cómo caminamos aquel día. Por el miedo a que pasaría si nos parábamos me recorrí toda la ciudad con aquellas horribles camperas que te sorprenderá saber que sigo teniendo aunque nunca ponga. No sé muy la ruta que seguimos, las calles me daban igual, solo existíamos tú, yo, y nuestra eterna conversación.
No sabría encontrar aquella esquina en la que nos paramos, pero aún guardo en el fondo de mi retina mi imagen subida aquel bordillo, hablándote sin coherencia como si fuera un sueño.
Ese trayecto hacia el bus lleno de promesas de dos niños estúpidos. Te asumiré por primera y última vez que por aquel entonces la más estúpida era yo, aunque después te esforzaras tanto que acabaras venciéndome. Nunca se me podrá olvidar la ilusión que me hizo aquel: “por fin tengo a alguien a quién dedicarle mis goles”
Estábamos en 3º de la E.S.O y entro los dos habíamos leído demasiadas novelas como para comprender que la realidad no era tan bonita.
No sé si el momento en el que me baje del bus para correr a tus brazos, haciendo que el autobusero se fuera está entre las cosas que has borrado sobre mí.
Aquel año se había estrenado la última entrega de Harry Potter, yo tenía un bolso gigante con la cara de Jacob Black y me estaba leyendo el Cáliz de Fuego.
Lo recuerdo porque lo saqué y me puse leer hasta que llegaste y me miraste, desde arriba como siempre hacías y te sentaste a mi lado.
No mucha gente conoce esta historia, pero aquel fue un momento mágico del que ahorraré para mi memoria los detalles.
Jamás he llegado a disculparme formalmente por lo que ocurrió después. Y he luchado contra muchos impulsos de seguir sin hacerlo. Pero he decidido que tengo más valor que tú. Y que igual mi vida empieza a enderezarse cuando saque esto a la luz.
Lo siento. Jamás me perdoné por lo que sucedió durante el siguiente año y por mucho que tú dijeras lo contrario creo que tampoco llegaste a hacerlo del todo.
Confesaré que era una niña, estúpida y cobarde. Y que tenía un montón de razones para huir; que los que conocen en profundidad mi vida y mi pasado podrán llegar a entender.
No puedo culpar del todo a esa pequeña, que aún estaba siendo víctima de bullying y que desde la primera vez que le dijiste que la querías tenía el pensamiento recurrente de que te reías de ella a escondidas con tus amigos.
Al final el tiempo me dio la razón, y eso fue lo que estuviste haciendo al menos durante algunos meses.
Aunque eso no justifica el daño que le hice al niño que dejaste de ser hace mucho tiempo.
No quiero tu perdón. Porque ya no eres aquel niño. Y hace dos años ya te encargaste de vengarlo con creces, dejando mis actos a la altura de una niñería.
Pero desde el 2015, la niña un poco más rota que en el fondo nunca he dejado de ser, tenía que hacer lo que el tú del presente no tuvo valor para acabar de hacer. Pedir unas sinceras disculpas, y reconocer todos mis errores.

LO SIENTO... 



lunes, 10 de agosto de 2015

Apariciones inesperadas

He vuelto a hablar con León.
Creí que debía escribirlo aquí porque aunque lo tenga abandonado como la chica libélula a su discman necesitaba contarlo. 
Llevaba mucho sin pensar en él, desde que me enamoré al hombre de mi vida, al que a pesar de tener cerca echo tantísimo de menos.
El caso es que la persona por la que me partió el corazón se lo partió a él por segunda vez y predeciblemente al fin hizo amago de presentarme la disculpa que me debe. 

Se hace muy raro hablar de verdad con una persona que estuvo durante cuatro años en tu vida y que paso del todo a la nada más absoluta. Tantos meses escribiéndole desde la seguridad de que jamás iba a responder... y derepente mensajes suyos.
No sé explicaros lo que sentí cuando me dijeron que quería ponerse en contacto conmigo, fue una mezcla de triunfo y miedo. 

Quería contar que me siento un poquito más libre, porque se ha vuelto a ir, me ha vuelto a fallar y esta vez no ha dolido. 
Me prometió una disculpa que no tuvo valor a presentar en persona y volvió a cometer por tercera vez el error de su vida. Y me alegro mucho. Porque no me ha roto. 

Sigo algo sorprendida porque hace tres días además descubrí que ha leído este blog, lo que hace que oficialmente todos los hombres que han sido mencionados en él lo hayan leído. Y es raro.
No es que no quisiera que lo leyera, la verdad, hubiera preferido que lo hiciera mientras los sentimientos que reflejan sus entradas seguían en vigor y no ahora que duermo abrazada al recuerdo de Héroe en lugar de al suyo. 
Tiene gracia la cantidad de indirectas que le mandé a Héroe para que lo leyera, lo mucho que me gustaba cuando Platónico me felicitaba con cada nueva entrada y el hecho de que yo misma le enseñara a quién por fin me decido a llamar Soldadito de Plomo las entradas que hablaban de él. Y sin embargo algo haya explotado en mi cerebro al saber que León lo había leído.
Lo bueno es que con eso y la relectura de aquel cuento me siento un poco menos imbécil respecto a nosotros. Porque he contado una y otra vez el desastre que hubo después, y nadie entiende como alguien como yo pudo meterse en algo así.
Lo que le dije una vez al soldadito, a larga yo necesito un hombre que sepa encandilarme.
Y os voy decir que ese no es el hombre del que yo creí estar enamorada una vez, ha ganado en prepotencia y perdido en coraje, pero sigue teniendo las palabras adecuadas para mentir. 
Aunque a la lista de cosas que no puedo perdonarle está atreverse a decirme que me tengo en poca estima cuando él cogió a una chica llena de complejos, la hizo sentirse diosa y después la despreció y se rió en su cara mientras otra la humillaba. 
Eso sí me ha dolido, ¿Qué estima puede tener alguien que sabe que cualquier opción es mejor que ella? 

Pero tampoco yo soy la misma. En breve será 14 de Agosto otra vez y me da bastante igual. Ahora le temo más a Septiembre. Al fin sé que no estuve realmente enamorada de León, porque perderle al fin y al cabo fue una gran ventaja. Que lo que me hizo sufrir tanto en su momento fue la traición y el engaño.Y que a pesar de todo, le quise más y mejor de lo que le están queriendo, y seguro que alguna vez se acuerda de ello. 
Soy otra leona, sigo sola, y sola me he atrevido a volver al merendero. 
Estoy a punto de empezar a la universidad, pero eso ya lo pensaré en otro momento.
Solo sé que me he sentido un poco más fuerte.

Y León, si vuelves a pasarte por aquí que sepas que no me creo ni una de tus palabras por muy bonitas que sean, que después de ti me enseñaron como es que te quieran de verdad. Que aunque no me corresponda Héroe me quiere mejor de lo que a ti te están queriendo. Que sé muchas cosas que ni te imaginas. Que yo sí pretendía acudir a verte el 29 de Julio. Que si Eris aparece ahora le diré que lo deje, que todas las cosas que nunca me dijiste pesan más en tu conciencia que las que no dije yo en la mía. 


sábado, 18 de abril de 2015

The lonely lioness

Resulta irónico que una persona acabe haciéndote daño por esa forma de ser que tienes precisamente para que no te hagan daño.

No es casualidad que me considere una leona solitaria, ese símil en realidad nunca tuvo nada que ver con león, yo siempre he sido una leona morena con una cicatriz en el ojo izquierdo, sí, como Scar. Solitaria por lo evidente. Porque nadie es capaz de permanecer en mi vida, porque todo el mundo acaba yéndose, porque quererme es demasiado difícil.
Lo dije hace mucho, odio sentirme vulnerable, se lo murmuré a héroe la última vez que me refugié en sus brazos. Él no conoce ni una pequeña parte de mi mal carácter, no me ha visto rugir echando fuego por los ojos. Desconoce el miedo a que destroce algo que quienes llevan más años a mi lado si han visto. Y aún así, lo poco que intuyó no le gustó. Él que conoce la parte más blanda de mi es incapaz de entender que lo de fuera es una coraza que no puedo quitarme delante de cualquiera. 
La vida me ha hecho daño, mucho, pocas personas conocen la profundidad de mis heridas. No quiero ir de víctima, pero cada vez es más la gente que prometió que no se iría y ya no está. Es muy fácil prometer y a una persona amable se le promete con facilidad. Y no me gustaría convertirme en alguien fácil de mentir. Ya soy alguien fácil de abandonar, no necesito encima falsas sonrisas a mi lado. 
A diferencia de mucho yo puedo asegurar que los que están más cerca de mí son personas sinceras, que aunque no acaben de entenderme no se irán de mi lado al primer bache, porque ese ya lo pasamos hace mucho y ahí siguen. Soy una persona difícil de querer, hay que ponerle empeño para lograrlo. Personalmente creo que recompensa. Pues como leona cuido de mi manda y estoy dispuesta a dar lo que haga falta. Pero por lo visto a los demás no les compensa. Y duele. Porque en el fondo tengo sentimientos y quiero, quiero mucho, siempre acabo queriendo por encima de mis posibilidades. 
A una parte de mi le molesta la situación, porque esta vez no hubo que cruzar un foso de cocodrilos para llegar a mi corazón, no hubo una puerta cerrada cada vez que se me preguntaba por mi pasado y me encargué de comprobar que jamás fui temida. Y aún así, desde dentro de la fortaleza no le gustaron los muros, precisamente a él que es una incógnita con patas que me ha afirmado que no le gusta contar sus problemas y que prefiere sufrir solo y en silencio, va y no es capaz de comprender mis mecanismo. 
No soy borde por devoción, y no trato mal a las personas que quiero. Me cuido para que no me hagan daño, y mantengo una distancia con aquellos a los que en el fondo necesito sólo porque necesito que les siga compensando, necesito saber que siguen dispuestos a aguantar mis malas, porque tengo demasiados demonios y a pesar de mi fuerza en el fondo no puedo con ellos yo sola. Y sí, a veces soy desagradable y yo misma no me aguantaría, pero hay gente que lo hace. Uno no sabe quién son sus amigos si no le han perdonado después de un enfado. Los amigos no son perfectos, los que yo tengo no suelen entenderme. Y ahí está la razón de mis enfados, y también la razón de que les quiera tanto, que no me comprenden y aún así me soportan. Que ven las piedras que hay delante de mi, y cuando les mando a la mierda por advertirme sobre ellas, se sientan, esperan a que caiga y me levantan sin un ya te lo dije. 
Me preocupa que algún día deje de compensarlas, que por este carácter tozudo mío las pierda a ellas como le perdí a él. Hubiera estado dispuesta a destruir todos esos muros si me lo hubiera pedido. Tiré algunos aunque él no fuera capaz de verlo. Si él no hubiera estado muchas personas hubieran recibido peores contestaciones y modos por mi parte, pero eso él no lo vió. Porque aunque jamás me pidió cambiar, yo lo intenté.
El amor también es eso. No se puede pedir a una leona que deje de morder, pero yo estaba dispuesta a no matar en su presencia. 

Pero no pudo ser, y ahora los muros se han vuelto a levantar y la leona no solo está sola si no que encima se muere de inanición y acaba pagando su enfado con quién no debe. Porque no puede hacer otra cosa.

Y tengo miedo, soy una leona asustada que teme que nadie sea capaz de convivir con mi monstruo interior ni tenga el valor para pedirme que lo encierre más profundo.
Por una parte no quiero volver a ser vulnerable con nadie. Me he visto reflejada en sus cristales mientras lloro y es una de las peores imágenes que he contemplado de mi misma. No quiero que la gente pueda romperme así. 
Por otra, odio a la leona, la odio con todas mis fuerzas porque es la que me ha alejado del hombre al que amo.

sábado, 28 de marzo de 2015

Otro Sábado

Hoy es Sábado,bueno en realidad ya es domingo,de Ramos.
Debería estar durmiendo pero aquí estoy escribiendote porque necesito hacerlo. Tengo una entrada sin publicar sobre lo mucho que te echo de menos,sobre lo mucho que por desgracia para mí aún te quiero,sobre lo rota que estoy y todo lo que daría porque me dijerás que quieres volver. He decidido que si algún día dejo de dirigirme a ti en las entradas, cosa que pasará dentro de demasiado tiempo porque aún queda mucha tinta que derramar entre tú y yo, te quedarás con el nombre de heroe, ya está, era predecible, el que más te pegaba y el que sé que si me leyeras y te importara un mierda algo de lo que escribo o siento querrías.
A lo que iba, me he saltado mi regla de no publicar nunca directamente y de jamás de los jamases subir entrada desde el móvil solo por ti. Y por eso estoy aquí, en pijama, con Gunter  a mi lado,escribiendo con nocturnidad y alevosía.
El caso es que el lunes todo va a cambiar,no sé que pasará pero va a cambiar. Me huelo la realidad, y sé que me voy a romper aún más. Los días pasan y la tensión crece y hoy me has preguntado por qué una de mis niñas te odia. Esto es lo primero que voy a proceder a explicarte en esto que más que una entrada es un desproposito.
La última vez que te abracé ella estaba delante y notó la necesidad en ese abrazo,notó esa química que tú que la estudias eres el único que no la nota entre nosotros. Vió lo bien que encaja mi cuerpo contra el tuyo y me confesó que jamás quiere llegar a querer así a nadie. Porque ella,como todos,saben que aún te quiero y me han oído hablar de lo felices que eramos, ellos saben los planes que tenía para el futuro,todo lo que estoy dispuesta a dar por un beso tuyo y lo maravilloso que eres. En realidad te odian porque cada vez que hablo de ti de mi boca sale la descripción del hombre de mis sueños que es lo que aún eres.
No sé muy bien que sentire después del lunes,pero hoy Funambulista solo sabía cantar sobre nosotros, que si bendita la suerte que tuvimos,que quiero que vuelvas para decirte quedate, que si yo soy demasiado buena... Ya sabes, eso que hacen los cantantes cuando una esta rota, romperla más. Y te lo dije, y haciéndome caso lo ignoraste.
No sé si ya eres de otra, si estás a punto de serlo o si nunca fuiste realmente mío pero he llorado hablando de nuestra última tarde de besos en el sofa y he llorado cuando he intuido cosas sobre ti.
Ha sido una noche rara. Delirio,al que le tengo que cambiar el nombre no andaba por donde suele, yo andaba sin un rumbo contando más cosas de lo mucho que yo te quise y lo bien que parecías quererme tú.
Y entonces me cruzo con León y miro el reloj para ver si es que ya han pasado de las 2 y Mosby tenía razón, pero después escucho su voz y veo lágrimas en el rostro de la otra y la sonrisa se me cosa a la cara,luego ya me la descoserá leerte, pero en el momento la sensación de superioridad y no solo por la altura fue increíble. Si quieres pregúntale que es lo que puede deparar un futuro sin mí y piensa bien si estas eligiendo la opción correcta. Que el mundo no es tan bonito como parece desde mi cama. Y eso le reconforta, porque eso hace que el error sea otra, no yo. Porque no es el primer sábado que observo esto y sé que no será el último.
Espero que si mis sospechas de que tu telaraña ya cuelga de otro balcón son ciertas la verdad espero encontrarte el año que viene en algún bar sin dar precisamente saltos de alegría.
El dolor físico y las lágrimas por ti no me permiten seguir mucho así que seré breve, pase lo que pase el lunes ten en cuenta que eres el hombre al que más he querido y que aún te quiero. Que has dejado el listón demasiado alto y envidio a quién te consiga para sí. Y que siempre te echaré de menos,porque tú y yo estamos echos el uno para el otro y perder a una persona así deja un vacío eterno en nuestro corazón que jamás quitaré por muchas bocas que bese.
Desconozco si escribiré más antes del día que lo cambiara todo, si no es así recuerda que te quiero, y que nadie podrá enamorarse de ti del mismo modo que yo me enamoré.
Me voy a dormir, disculpa que siga desahogándome contigo, pero es que tú eres el que me tiene hundida por muy bien que lo hayas hecho todo,por muy correcto y tierno que seas...
Porque el amor duele y este Sábado lo he visto reflajado en diversas personas.
Seguro que me estoy dejando algo en el tintero pero mi cerebro no da para más,tu recuerdo ocupa mucho.

viernes, 20 de marzo de 2015

Como yo a ti te sueño no había soñado nunca

He soñado contigo. Vale, ni es novedad que te sueñe ni eres el primer hombre con el que sueño, estamos de acuerdo. Pero como todo contigo, esta vez ha sido distinto.

No he soñado que nos queríamos, que nos besábamos y que nos amábamos hasta el amanecer, no. No era una escena de estas idílicas de película. Ni siquiera aparecías corriendo a buscarme a algunos de esos sitios en los que una parte de mí aún espera verte aparecer. No. Era un sueño, es algo que por desgracia nunca pasará pero ha sido tan verosímil que me he despertado feliz, porque parecía realidad, y mi cerebro ha tardado unos segundos en darse cuenta de que no, de que todo había sido un sueño.

Era muy real. Tú y yo quedábamos para esa charla que tenemos pendiente, y al fin me resolvías los motivos por los que no te tengo a mi lado, por los que llevo tanto sin besarte, por los que no puedo verte ya tanto como querría. Me contabas el problema y lo razonábamos. Hablábamos como adultos. Vale, quizá esa parte refiriéndonos a ti y a mi que somos dos niños demasiado grandes que no acaban de asumir que Nunca Jamás y Gijón no son el mismo lugar, fuera algo ficticia; pero hemos pasado por situaciones seria y sé que podemos resolver los conflictos como adultos.  El caso es que hablamos, y llegamos a la conclusión de que no mientes cuando me dices que me quieres, que yo aún estoy dispuesta a hacer cualquier cosa porque sigo enamorada de ti. 
No lo arreglamos, no acabamos como si nada hubiera sucedido queriéndonos a gritos en algún rincón, ni colgamos por todas partes carteles con lo mucho que nos amábamos. Pero hablábamos, y decidíamos eso que yo pienso y que tú parece que has dejado de pensar. Que no será fácil, pero que merece la pena, que tú y yo somos increíbles (tú un poco más) y que lo intentaremos. 

Porque el amor no debe dejarse al primer tropiezo. Dos personas que se quieren pueden con todo. Incluso en estos días en los que todo es de usar y tirar. Tú deberías entenderlo mejor que nadie. 

Y puede que cuando ese día se produzca de verdad desmanteles todos mis argumentos, y yo me muera aún más de dolor por haberte perdido completamente. Pero dudo que así sea. Porque te quiero. Y yo cuando quiero lo hago en serio, lo hago hasta el final y lo hago con todas las consecuencias.
Aunque no queden oportunidades, aunque no tenga que hacer, aunque haga el ridículo más espantoso cada vez que te pido un abrazo y me quedo más tiempo del debido abrazada a ti. No tengo esperanzas absurdas e irreales a nivel consciente, pero nueve años de lecciones de amor no han sido en vano, y por mucho que pase, por mucho que nos pase, ten por sentado que al menos con una parte de mí siempre estaré dispuesta a robar una trompa francesa azul, que cualquier día me planto con una bajo tu ventana. 

No dejaré de soñar contigo, ya sea dormida o despierta, aunque después la realidad me deje sin aire el resto del día.

martes, 3 de marzo de 2015

Mea Culpa

Ha sido culpa mía.
Como todo ahora sé que el hecho de que no estés a mi lado ha sido culpa mía. Aunque tú digas que no.
A estas alturas que siento que nada puede ir a peor,pues confío cuando me dices que no me odiarás por muy idiota que me vuelva, voy y me doy cuenta de que igual hice las cosas mal desde el principio.
Te vi tan perfecto, tan echo a mi medida que no lo dude ni un segundo. Desde el minuto uno supe que quería ser parte de tu vida, fuera como fuese. Necesitaba ser parte de algo tan increíble. Y me lancé. 
Me presenté en tu vida sin pedir permiso, entré hasta el fondo y ni te pregunté por tu caos.
Te vendí mi historia y no me atreví a preguntar el precio de la tuya.
Fui egoísta. Te lo dí todo, pero no tomé de ti lo que debía.
Siempre temí preguntar por tu pasado, lo admito. El mío te haces una idea entre este blog y todo lo que te fui contando, pero el tuyo me intimidaba. Tenía miedo a que su recuerdo me eclipsara, a que cualquiera de las mujeres que yo tenía constancia habían estado presentes en tu vida me usurparan el protagonismo. 
Esta jodida inseguridad que sabes que tengo. Porque tú lo sabes todo, o practicamente todo de mi. Mis complejos, que bien te encargabas de borrar a besos, mis errores pasados, mis traumas de infancia, eso de de que aún no he superado la muerte de Mufasa.
Pero en mi empeño por hacerte feliz jamás llegué a indagar en lo que te hacía o te había hecho daño en el pasado.
Y ahí residió uno de mis errores. No comprobé el terreno. No tuve el valor necesario para preguntar si la seguías queriendo, si no que me limite a intentar que cada vez que la vieras pensaras en mí, a que ella supiera lo enamorada que estaba de ti y a que todos a su alrededor le dijeran la bonita pareja que hacíamos.
No pregunté tampoco por el fantasma de tu primera chica. De hecho no sé si quiera si fue la primera, ni hasta dónde fue la primera. Oí retazos de vuestra historia, pero sentí que no podía competir con ella. Tú mismo me viste sufrir su recuerdo aquel día. Te oculté las discusiones que vinieron a raíz del incidente y como me derrumbe explicando que el problema era que yo no estaba a tu altura.

Los días que venías con la boca algo torcida mi único afán era dibujarte una sonrisa a lametazos, pero no supe sacar tus problemas de raíz. Me creí tus estoy bien los días que yo sabía que no lo estabas. 
Y me he dado cuenta en estos días en los que intento descubrir la causa de tu mal humor y me encuentro con un muro. El maldito muro que no llegue a ver nunca.
Una vez me dijiste lo difícil que era hacerte sonreír cuando tenías un mal día, y a partir de ahí yo trate de superar ese obstáculo.
Jamás fui consciente de tus problemas, solo llegué a intuir tu sufrimiento dos veces, en aquella carta que me escribiste y que no me atrevo a releer para no romperme más, y el día que me dijiste que no podías continuar con lo nuestro. 

Igual este no es el motivo que tu elegiste para irte, pero si hubiera hecho esto bien igual tenía más pistas de porque ya no soy la persona capaz de hacerte sonreír en los malos días. Que una vez al menos me prometiste que lo había logrado.

Te podría decir que si vuelves prometo desentrañar tu laberinto, pero sé que no vas a volver. Igualmente si algún día quieres abrirme las puertas de tu mente yo prometo tratar tus secretos,problemas y miedos con el mismo amor con el que tú has tratado y tratas los míos, aunque no me des la posibilidad de librarte de ellos a besos. 
Porque ¿Sabes un secreto? 
Yo sí sé lo que significa te quiero, y te quiero.

Y por muy rota que esté, que aunque disimule lo mejor que puedo, lo estoy. Por mucho que digan, aquí me tienes. Porque esa parte por lo menos ha sido culpa mía. 
Así que lo siento.
Aquí me tienes, dispuesta a pelear con el laberinto si me dejas y a cuidar al minotauro o matarlo si es preciso.

En mi defensa diré que el miedo a no molestar colaboró en el asunto, ese mismo miedo que me impide escribirte estas líneas directamente a la cara.
El puto miedo que me hace estropearlo todo siempre...

viernes, 13 de febrero de 2015

Feliz día de la desesperación

Hoy es día 13 de Febrero.
13, número de la mala suerte, número entre la fecha que me hacía sangrar el alma en el pasado y la que derrumba mi mundo ahora mismo. Día previo a San Valentín, y yo de nuevo más sola que la una.
Ahora debería estar borracha, pero como una cuba, es lo que me vendría bien, lo que sería adecuado para la situación, pero mira como no es sano estoy aquí ebria de nostalgia y sinceridad tecleando incoherencias.
No sé qué hacer con mi vida. Ahora mismo solo sé que le quiero.
¿Sabes cuando tienes una persona a tu lado pero sois de dos planos interdimensionales distintos?
Mañana va a ser el día más romántico del año y yo me iré sola a comprar un libro porque sigo sin tener a nadie que quiera compartir conmigo esos días especiales.
Y no sé, eso de ya encontrarás a otro a veces me produce carcajadas, porque me siento le miro, y le oigo y es como ¿Pero vosotros os dais cuenta?
Jamás un hombre me había hecho perder así mi única cualidad, las palabras. Que no soy Cervantes ni Carlos Salem, pero mira esto es lo único que puedo llamar mía, lo único en lo que destaco respecto a la gente con la que me codeo. Y él lo anula.
Con el resto poner en orden mis sentimientos o al menos teclearlos siempre me resultó, y me resulta fácil, quiero decir, sé lo que quiero en la vida.
Y sí, es ridículo, pero lo que quiero es a él. Quizá acabe hartándose del todo de mí. Ese es uno de mis mayores miedos. Nadie ha aguantado todas las tonterías que digo ni soportado ha largo plazo mis sentimientos nunca, y si se cansó de mi como pareja vivo con el miedo a que vea que como amiga también soy un desastre. Que las que me hacen valer y me soportan son las demás, que el eslabón débil de la cadena fue el que en su momento eligió.
Es todo muy extraño, como si viviera en una realidad aparte. La vida de todo el mundo sigue, y yo estoy suspendida en el tiempo, como esperando algo, y no sé el que. Sé que él no va a volver a quererme como yo quiero, nunca. Sé que los que pululan alrededor no me van a valer, porque no.
Hay quien puede pensar que estoy esperando a otro, pero ya puede salir Mr Darcy de sus novelas, o aparecer Red Butler en la puerta que les iba a decir que pasaran de largo.
Que igual lo que tiene es que pasar tiempo y ponerlo todo en su sitio, pero es que yo solo sueño con que su sitio vuelva a ser a mi lado.
Parece que estoy bien, soy consciente de eso, de que todos estan viendo a una leona que sufre lo justo, que nadie ve ya a aquella leona solitaria que se iba a la playa a llorar. Pero sufro. Lo que pasa es que esta vez no odio, porque no puedo. Ni puedo ni quiero odiarle. Y eso es lo que me descoloca. Me ha roto el corazón,dejémonos de eufemismos, es lo que ha hecho, yo tenía unas ideas, un futuro imaginado con él, unas promesas y ha roto una parte de ellas (tampoco voy a quitarle su valor por todas las que está cumpliendo, en una situación en la que nadie más que él lo haría), y eso me ha roto a mí. Porque no me avergüenza decirlo, estoy rota sin él. Me da igual la opinión de todos, le quiero, me falta y me duele. Es así. Una parte de mí está muerta, y aunque solo llore cuando soy consciente de que nadie me ve, me oye, o me intuye si quiera, no por eso me duele menos.
Disimular no es difícil y los ratos que paso con él aunque me sepan a poco, que por otra parte estoy acostumbrada a esa sensación de no verle, ni hablarle, ni tocarle lo suficiente, no los quiero empañar con lágrimas.
En momentos de extraña lucidez pienso que ese pudo ser nuestro problema, que nos quisimos tanto, que nos encerramos tanto el uno en el otro que olvidamos que vivíamos en un mundo. Pusimos tanto empeño en encajar, que igual hicimos roce. Eso de desgastar el amor de tanto usarlo no, que es una patraña. Simplemente, nos esmeramos tanto en ser felices juntos, que no resolvimos la infelicidad que había cuando no lo estábamos. No lo sé, soy bastante inútil en las relaciones como podéis comprobar, puede que queriendo que todo salga de película sea yo misma quien condene las historias a intensos cortometrajes. 
 Repito, no lo sé, solo sé que le quiero, que no le tengo, que es día 13, que ayer no hicimos 5 meses, que mañana pasaré San Valentín sola, que le echo de menos incluso cuando estoy abrazada a él. Que mi cordura se tambalea, que he perdido la capacidad de expresarme, que me he vuelto insignificante y aleatoria...
Que le quiero coño, que le quiero.

lunes, 9 de febrero de 2015

Te entiendo y no lo entiendo

De verdad que por una parte te entiendo.
He estado en ese lado y créeme que he sido peor que tú. 
Por muy víctima que pueda parecer yo he sido en algunos casos el más cruel de los verdugos. Cuesta creerlo porque pocos saben todo mi pasado.
Yo también he puesto fin a cosas y sé que duele. Sé que todos se preocupan por mí, y que aunque en mi película sigas de héroe cada día que pasa más personas te ven villano.
A día de hoy no creo que merezcas ese puesto, aunque ya no me atreva a afirmarlo categóricamente porque cada vez me faltan más datos. 
El mundo es un sitio complicado y nos es impuesto pasarlo en modo difícil sin que nadie nos lo consulte, así, sin manual de instrucciones. Al igual que yo no puedo desmoronarme de ti y no es algo que tú puedas evitar, tú no quieres estar conmigo y yo no puedo hacer nada.
Lo mío es realmente más injusto. Porque empezar una relación es decisión de dos personas, pero en esta mierda de mundo acabarla es algo que se hace unilateralmente. Y aquí sí que debes reconocer que yo me he llevado la peor parte. Porque el que deja tiene tiempo para reflexionar, tiene una temporada para reorganizar su vida y fortalecerse para el golpe, Se va haciendo una escalera para abandonar medianamente sano y salvo la relación. Pero el que se queda, el no sabe que eso se ha acabado sigue invirtiendo esfuerzos, sigue caminando tranquilamente sobre su nube de felicidad, y de repente sin comerlo ni beberlo se ve estrellado contra el suelo en el mejor de los casos.

Pero así estamos, sin poder hacer nada, impotentes,perdidos, queriéndonos y sufriendo por dolor propio y ajeno.
No lo entiendo, de verdad que esa parte no la entienda. Entiendo que hagas aquello que consideres correcto pero no entiendo el motivo de que consideres que eso es lo correcto. Y creo que eso es lo más me mata, mis conjeturas y las conjeturas ajenas. Tus silencios que me hacen imaginarme lo peor y me convierten en víctima de habladurías; de todos los ya te lo dije, de todos los debiste tener cuidado, de todas las afirmaciones de los que no tienen ni idea de lo que fuimos tú y yo, de como eres tú. Tranquilo, no me enfada, solo me desconcierta. Me desconcierta que puede llevar a una persona a abandonar una relación estable en la que no ha habido ninguna discusión. Y no quiero dar la razón a las habladurías, porque no puedo autodestruirme tanto. Por eso necesito tu por qué. Porque mientras no haya causa de la muerte las autopsias de fuera siguen indicando asesinato, y yo ese día tengo coartada...
Tampoco comprendo como algo hecho con supuesta buena intención puede hacer tanto daño a tantas personas. Tú sabes que aún te quiero más de lo que debería y me gusta creerte cuando dices que me quieres más de lo que piensan. Por eso ver sufrir a alguien que quieres duele. Duele no poder evitar tu parte del dolor. Y veo en tus ojos que también te duele mientras yo misma me desangro de dolor.
Duele por ti, duele por mí y duele por toda esa gente que tiene que volver a aguantar una leona reducida a cría de gatito. Y si pudiera escondería mi dolor para que no te doliera, para que no les doliera a todos ellos, porque no merecen verme sufrir. Pero no puedo hacerlo. 

No sé como actuar, no sé si mi silencio te aliviaría o si mis desahogos te ayudan a entender como se vive todo desde mi lado. A mi como ya he dicho me duele tu silencio, y de un tiempo a esta parte aplico una política de transparencia muy exhaustiva a mi vida sentimental. Yo también actuo como creo correcto.

Y sé que todo esto podría decírtelo a la cara, pero en este tiempo te habrás percatado de que me expreso mucho mejor por escrito, cuando los temblores en la voz no se me notan, cuando puedo borrar antes de enviar, cuando las lágrimas en los ojos no se me ven, por mucho que se me intuyan. Y porque además aquí ya espero tu silencio, y el silencio de una pantalla duele menos que el silencio de unos labios que tienes cerca y que si no van a responderte solo quieres que te besen.

Pero de verdad, que yo te quiero, contra pronostico y contra todo, yo te quiero, y mucho, y una parte de mí entiende una parte de ti. Querría no hacerlo, hay muchas cosas en las que no lo hago. Pero la parte del dolor créeme cuando te digo que por desgracia la entiendo demasiado.

domingo, 1 de febrero de 2015

Quedate

Está, lloviendo, mucho, demasiado.
Ah, no,ahora mismo no. Ahora mismo la que llueve soy yo, y el motivo no ninguna ciclogenesis el motivo eres tú.
Mi luz, que no te has apagado del todo pero que has decidido que no quieres ser mi faro, que no te quedas pero que no te vas.
No puedes enfadarte con alguien por no quererte como tú quieres que te quiera y creo que la razón por la cuál estoy con una extraña entereza es que no me has roto el corazón, tan solo me lo has devuelto. Y que jamás seré capaz de enfadarme contigo, porque me quieres, y te quiero demasiado.
Y duele. 
Parece que no, porque los ratos de lluvia son espaciados y la intensidad de ellos me la reservo para cuando nadie puede oírme gritar.Pero duele, y mucho.
¿Y sabes por qué duele?
Porque te quiero, no te quería, te quiero, en presente. Y no, no como me quieres tú, ahí está la clave.
Te quiero para el resto de nuestras vidas, pero te quiero con los besos, las caricias, y todo el pack.
Y si no puedo tenerlo pues bueno, tendré que regresar a Agosto y quererte un poco de lejos, con la diferencia de que al menos ahora te tengo a mi lado para animar mi soledad.
Y sé que desde fuera parece una locura, pero tú y yo hemos estado locos desde el primer día, y si jode, y si duele, pero confío en nosotros.
Igual soy una ilusa,o una idiota, o me he quedado tonta del golpe de ayer pero quiero que te quedes.
Quiero pasear junto a ti y decirte lo gilipollas que sois los hombres e incluirte en el saco aunque crea que tú eres una excepción, quiero llamarte borracha para decirte que sigo enamorada de ti y al día siguiente seguir a pies puntillas la versión de que estaba borracha aunque mis amigas te confiesen que solo bebí una cocacola. Y quiero que pase tiempo, que aparezca gente en tu vida y se vaya de ella y que mires a tu lado y yo siga mirándote con cara de ¿Y ahora qué?
Quiero que seques mis lágrimas aún sabiendo que son por ti. 
Y que aparezca algún gilipollas en mi vida y tú esperes y recojas mis pedazos cuando me vuelva a romper.
Que me abraces hasta que me recomponga sin necesitar otros brazos.
Realmente no es lo que quiero, quiero despertar y que todo sea mentira, que me sigas amando y seguir juntos para siempre, que me llames dentro de unos días y me digas que ahora si que sueñas y que es siempre conmigo.
Pero sé que eso no va pasar y aún así quiero una vida a tu lado. Yo sí nos veo futuro, y si tengo que recalcularlo y eliminar nuestros dos hijos y nuestro gato de la ecuación, pues recalculo. Que tenemos 17 (y 18) años y por muy maduros que seamos la vida da muchas vueltas. Que yo no te voy a mentir nunca, mientras siga enamorada de ti lo sabrás, te lo seguiré diciendo, entre risas o entre lágrimas pero te lo seguiré diciendo, que yo creo que estamos destinados y el destino nos volverá a poner en nuestro sitio juntos. Que el camino no se bifurca, que solo pasa de ser el mismo a ser paralelo. Que esto no es el final.
Así que por favor, tú siempre has cumplido tus promesas, por favor, cumple esta, quédate. 
No te voy a escribir  carta de despedida, porque no te vas a ir ¿Vale? Seguiremos juntos, en calidad de lo que sea, siempre, pase lo que pase. Porque somos únicos y yo soy muy cabezota, y no voy a dejar que salgas de mi vida. 
Que sepas que hasta que recobre mi capacidad de escribir con coherencia te odiaré un poco por arrebatarme la mejor de mis capacidades, pero no te preocupes dentro del cariño.
Y no, con todo esto no estoy diciendo que este de acuerdo, o que esté bien, está lloviendo, y mucho, y como bien sabes, sí, me encantan las metáforas, y puede que no llueva eternamente, pero esto es el Norte y aquí a veces lo parece.
A lo que iba, no no estoy bien, sí sigo enamorada de ti pero...
Quédate a mi lado para siempre y juro que podré soportarlo, mira alrededor, fíjate en las amigas que tengo, si siguen ahí será que mi desastre de vida algo compensa ¿No? 
Tranquilo, voy a dejar de repetirme (por hoy), voy a seguir intentando soportar este caos que es mi cabeza y este agujero en el corazón, que te amo y te echo de menos lo sabes, que vamos a luchar contra todos los que dirán del mundo y seguir juntos del modo que sea también. 
Así que eso, sí, ahora mismo estoy rota,pero tú quédate, que la yo completa me han dicho que es muy divertida.
Tú solo, quédate por favor, no me hagas desaparecer, no dejes que nadie te prohíba saludarme, no te alejes de mí, no dejes de quererme ni de soportarme, por favor, no tengo derecho a pedir más, pero esto concédemelo, quédate.